Vale decir que esa no es una característica sobresaliente de los ecuatorianos. En general, más bien somos seres solidarios, probablemente nos sentimos mejor con la gloria compartida, no nos es tan confortable recibir los premios en soledad y, eventualmente, hacemos las cosas de forma que nuestros premios individuales lleguen a otros de diversas maneras.
Es sí, una característica primordial de los ecuatorianos: somos gente buena. A pesar de que la vida nos ha golpeado, todavía creemos que el vecino, el amigo, el conocido son personas animadas por valores positivos. Hasta que demuestren los ecuatorianos.
De manera que el palo encebado es un juego divertidísimo que, como moraleja final, nos muestra que sabe diferente (yo diría que no sabe bien) llegar solos a la cima, que pierden un poco de sentido el premio..., y la gloria
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